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Cuando refrigeramos o congelamos un alimento estamos ralentizando su proceso de deterioro, ya que a bajas temperaturas los microorganismos se desarrollan más lentamente.
Congelación: la capacidad congeladora doméstica nos la indica el número de estrellas del equipo de refrigeración/congelación que tengamos. (cada estrella significa -6º C)
La congelación ha de realizarse a temperaturas inferiores a -18º C, por lo que para lograrla, el equipo ha de tener como mínimo 3 estrellas
A temperaturas por debajo de 0º C, el agua del alimento se convierte en hielo, se produce una desecación, lo que contribuye a una mejor conservación. Cuanto más baja sea la temperatura, mayor eficacia.
Por debajo de los -18º C la proliferación de bacterias es imposible, lo que garantiza la no alteración del alimento.
Refrigeración es el tratamiento de conservación más extendido, tiene la clara ventaja de no producir modificaciones en los alimentos a los que se aplica.
A una temperatura entre 4º C y 10º C los alimentos duran más tiempo porque la actividad de los microorganismos se ve ralentizada.
Cuanto mejor sea la materia prima, más duran los alimentos en condiciones de seguridad.
Si el alimento es de calidad, está bien envasado y no sufre fluctuaciones de temperatura, se hallará a salvo de contaminaciones.
Tomado de la revista Consumer Eroski
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